El consumo de drogas produce cambios en el cerebro y éstos, cambios en la conducta.

Neurólogos del Centro de Neurociencia de la Universidad de Ginebra han logrado inducir en ratones de laboratorio la adicción a las drogas mediante el uso de la luz, activando la misma zona cerebral implicada en la satisfacción que produce la cocaína.

La investigación, expuesta en el VIII Congreso de la Federación de Sociedades Europeas de Neurociencias (FENS), pretende averiguar cómo cambia el cerebro durante la adicción, y cómo estos cambios se vinculan con la conducta.

«La adicción es un problema importante de salud pública y una de las enfermedades cerebrales más costosas«, ha indicado el responsable del trabajo, Christian Lüscher, que centra sus estudios en dos regiones diferentes del cerebro que forman parte del circuito de recompensa que se activa durante el consumo de cocaína.

Las drogas adictivas, entre ellas la cocaína, convergen en el mismo sistema dopaminérgico mesolímbico, que transporta el reurotransmisor de dopamina a varias áreas del cerebro. El uso de la luz para inducir actividad de células cerebrales concretas, tras realizar modificaciones genéticas previas, permite a los científicos ‘encender’ o ‘apagar’ la actividad de zonas concretas del cerebro.